Ideas claves.
Una de las claves más importantes para opositar es la planificación del estudio. Lo normal es que las personas que opositan dediquen muchas horas a estudiar. En cierta medida, se consuelan cuando hablan con sus familiares o amigos y les cuentan que estudian ocho o diez horas al día.
Obviamente, si quieres aprobar unas oposiciones esto tiene que ser así, pero como en tantas cosas en la vida, también es importante la calidad del tiempo de estudio. Porque estudiar muchas horas no es lo mismo que estudiar mucho o estudiar adecuadamente.
Por tanto, en unas oposiciones no se trata sólo de estudiar y estudiar mucho sino también de hacerlo de forma eficiente, eficaz y con un talante positivo. En este artículo vamos a profundizar en la importancia de la planificación y de evaluar si lo planificado ha sido efectivo.
Introducción.
El tiempo que se le dedica al estudio es un comentario recurrente entre los opositores, tanto en los noveles como en los más veteranos. Hablan y preguntan sobre las horas de estudio como si fueran agentes de bolsa: suben y bajan en función de las circunstancias del año, del mes o, incluso, del día.
Desgraciadamente, el número de horas de estudio en unas oposiciones no es garantía para conseguir una plaza. Ciertamente, un opositor debe estudiar muchas horas, pero además, el tiempo de estudio debe ser de calidad. Para ello, es necesario que sea eficaz, eficiente y placentero:
- Eficaz, porque cumple el objetivo programado para esa sesión..
- Eficiente, porque consigue alcanzar el objetivo utilizando el mínimo de tiempo y energía posible.
- Placentero, porque se consiguen las metas de forma progresiva y lo más importante, saludable física y psicológicamente.
Consecuentemente, tan importante como el cuánto tiempo inviertes en estudiar es el cómo estás estudiando. En definitiva, nos estamos refiriendo al método de estudio y, en relación al método, un aspecto clave es la planificación del estudio.
Todos los opositores a la familia de Servicios Socioculturales y a la Comunidad acumulan una importante formación pedagógica y psicológica. Esto es una gran ventaja frente a otro tipo de opositor porque disponen de conocimientos previos sobre el aprendizaje y la motivación. La clave está en ser capaz de utilizar esos conocimientos e invertirlos en beneficio propio.
Por este motivo, a diferencia de lo que puedas encontrar en otros blogs en los que centran más en técnicas de estudio y repaso; nosotros vamos simplemente a subrayar algunos puntos que consideramos fundamentales para la planificación de las oposiciones de Servicios a la Comunidad e Intervención Sociocomunitaria.
1.- Planifícate.
Gracias a tu formación inicial, eres consciente de lo importante que resulta planificar cualquier intervención educativa y social. Tienes los conocimientos teóricos y prácticos que te permiten llevarla a cabo con garantías de éxito. Entonces, lo que te pedimos es que tomes tu propias oposiciones como algo profesional. Obsérvate desde fuera, toma distancia, y conviértete en tu propio asesor pedagógico, en tu propio terapeuta y en tu mejor preparador.
La planificación comienza haciendo un buen análisis de tu propia realidad. Dedica un tiempo a reflexionar sobre tu punto de partida o sobre el momento opositor en el que te encuentras: ¿Tienes experiencia?¿Cuándo son las oposiciones?¿Qué días puedo estudiar?¿Cuántas horas dispongo cada uno de esos días? ¿Dónde voy a estudiar?¿Qué método voy a seguir?¿Cómo voy a trabajar mi motivación?
Todas estas preguntas son importantes pero, debes considerar también: ¿Cuáles son tus fortalezas y tus debilidades a la hora de estudiar? ¿Qué partes del temario, de los supuestos o de la programación llevo mejor o peor? Quizás, en este análisis debas considerar todas las tareas que debes realizar y que te presentamos a continuación:
1.1.-Las tareas que se han de planificar.
En la preparación de las oposiciones de Servicios a la Comunidad o Intervención Sociocomunitaria tienes que:
- Dedicar tiempo a la preparación de los temas en los que planificar la:
- La lectura y el subrayado,
- La realización de esquemas.
- Lectura de artículos y material complementario
- Memorización.
- Preparar los supuestos prácticos:
- Realización de supuestos prácticos que te propongan en tu academia.
- Lectura de artículos y material complementario de los supuestos.
- Revisión de la normativa vigente de los diferentes colectivos.
- Elaborar/preparar la programación didáctica y las unidades de trabajo.
- Además, no puedes olvidar dedicar tiempo:
- Repasar.
- Realizar autosimulacros.
- Practicar exposiciones.
Todas estas tareas son importantes y deben ser planificadas en sesiones de trabajo con una duración variable en función del momento en el que te encuentres. Por ejemplo, al principio de la preparación tendrás que dedicar más tiempo a realizar esquemas o a realizar lecturas complementarias de los temas, mientras que al final, gran parte de tu trabajo se invertirá en simulacros y exposiciones.
1.2.- Las trampas de la planificación.
Como ya se ha comentado, todas las tareas anteriores deben ser planificadas semanalmente. Pero debes tener cuidado de no caer en las dos principales trampas de la planificación:
- Repetir con más frecuencia las tareas que más te gustan y,
- Evitar las que te desagradan o te resultan más costosas.
Por un lado, muchos opositores encuentran refuerzo en estudiar lo que ya saben o lo que más les gusta. Con el tiempo se hacen más expertos en una temática o tarea, la dominan mejor, encuentran en ellas más satisfacción por lo que tienden a repetirlo más veces. Por ejemplo, algunos opositores disfrutan pasando apuntes a limpio, o haciendo unos esquemas muy elaborados y artísticos. Invierten horas, muchas horas, más de las necesarias, simplemente porque les gusta, pero esto no es eficaz ni eficiente.
Del mismo modo, invierten poco tiempo, o un tiempo de escasa calidad, en otras tareas porque les parece aburrido o por la dificultad que tiene realizarlas. Por ejemplo, estudiar la normativa o practicar con los supuestos prácticos no suele gustar mucho y es difícil; pero es un factor determinante para superar el proceso selectivo. La consecuencia es que tratan de evitar estas tareas o lo hacen de muy mala gana. Desgraciadamente, esto se va haciendo cada vez más desagradable hasta el punto de poder llegar a convertirse en un auténtico suplicio.
Por tanto, te sugerimos que hagas una planificación lo más realista y racional que seas capaz. Para ello, es conveniente que intentes encajar todas las tareas anteriormente descritas en función del momento de la preparación en la que te encuentres y de tus necesidades.
2.- El plan anual, el programa mensual y el proyecto semanal.
2.1.- El plan anual y el programa mensual.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de realizar la planificación anual es tener en cuenta la fecha del examen. Generalmente, suelen realizarse a finales del mes de junio.
Aunque entendemos que lo idóneo es preparar estas oposiciones en dos años, muchos opositores lo hacen en un año intensivo. Piensa que en dos años puedes realizar una planificación mucho más sosegada y efectiva; con tiempo para ir asimilando los temas, preparando los esquemas, comprender los supuestos, etc. En un año todo irá demasiado rápido y, para muchos opositores, puede terminar siendo una experiencia frustrante.
Antes de seguir adelante nos gustaría hacer una advertencia, es una práctica común comenzar la planificación eliminando temas del temario bien porque son temas que no les gustan, porque no les parece importante o, simplemente, por razón de tiempo. Nos parece un gran error. De hecho, nuestra recomendación es estudiar todos los temas. Es la mejor garantía para ser capaz de afrontar la primera prueba con éxito. Especialmente, para el supuesto práctico.
Es conveniente señalar que en esa planificación anual debe existir tiempos para la preparación de la programación didáctica y de las unidades de trabajo. Además, debes contemplar que los últimos meses se deben dedicar exclusivamente al repaso y los simulacros. En cuanto a los temas, es importante que los organices en bloques temáticos y los distribuyas de forma mensual.
La planificación anual se va concretando en un programa mensual, que se caracteriza por su flexibilidad y dinamismo. Es decir, es una previsión del ritmo que esperamos seguir y, por tanto, te servirá de orientación. Al finalizar cada mes es importante detenerse a evaluar los logros alcanzados: ¿se han cubierto los objetivos del mes?¿Han quedado temas/tareas pendientes?¿Hemos conseguido adelantar algunos temas? Con estas consideraciones hacemos las rectificaciones necesarias en nuestra planificación.
2.2.- Planifica tu proyecto semanal.
El programa mensual se concreta a través del horario semanal. Es la unidad básica de planificación para un opositor y debe ser algo muy personal: varía en función del tiempo que le puedes dedicar, de tus circunstancias laborales y familiares, etc.
Es importante que le dediques un tiempo a diseñarlo con el mayor esmero y de la forma más realista posible. Del mismo modo, todos los días debes revisarlo y al finalizar tu sesión anotar en tu diario cómo te ha ido. De todo esto hablaremos en el último apartado.
Para planificar tu horario es importante tener en cuenta las siguientes indicaciones:
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- Organiza el horario semanal en sesiones cortas, con un objetivo muy definido. Es preferible tener dos o tres sesiones (máximo 60 minutos cada una) que dedicar toda la mañana a una misma actividad.
- Fracciona las tareas difíciles: nos recuerda a la famosa sentencia de “divide y vencerás”. No tiene sentido dedicar horas interminables a estudiar normativa cuando puedes estudiarla, en intervalos cortos, a lo largo de varios días.
- Debes considerar qué día y qué momento del día es mejor para cada tarea. Cada uno tenemos nuestro propio biorritmo. Lo importante es conocer qué momento del día es el idóneo para cada actividad. Por ejemplo, memorizar un tema o elaborar su esquema requiere de mucha atención y de estar descansado. Practicar con un supuesto puede llevarte varias horas o pasar unos apuntes a limpio es algo más rápido y descansado. Cada una de estas tareas debe estar planificada en los días y en las horas que serán más efectivas.
- Planifica el repaso. El repaso de los temas es la clave de unas oposiciones. Las sesiones de repaso deben ser semanales y su frecuencia semanal aumenta a medida que se aproxima la fecha del examen. Es más, diría que el último mes prácticamente todas las sesiones están dedicadas al repaso.
- Planifica los imprevistos. En tu horario debe existir sesiones sin contenidos con la finalidad de recuperar objetivos que no se han cumplido debido a cualquier imprevisto. Es importante que tu horario sea flexible para que se pueda adaptar a la realidad. No hay nada más frustrante que no conseguir alcanzar los objetivos semanales sistemáticamente. Por eso, es fundamental mantener un cierto equilibrio entre la disciplina y la flexibilidad.
- Planifica el descanso. De nada sirve quemarte en el intento o llegar exhausto el día de la prueba. Tienes que descansar y realizar actividades que te permitan retomar la semana con garantías de éxito. Mi recomendación es hacer deporte y actividades al aire libre.
3.- La importancia de la voluntad y de la reflexión.
Un elemento muy útil es disponer de un diario en el que anotar y evaluar la planificación semanal. Lo ideal es que sea una libreta que tengas cerca en tu lugar de estudio y en la que puedas realizar anotaciones, subrayar, tachar, etc.
Te servirá también para evaluar los logros y las dificultades de la semana, del mes, del trimestre. Sobre esto volveremos más adelante.
3.1.- Fortalece tu voluntad.
Si algo caracteriza a un buen opositor es su fuerza de voluntad. Me gusta decir que las oposiciones comienzan en el mismo momento en que una persona se decide a hacerlo. Gran parte de la selección de personal se decide de esta manera, pues muchos abandonan en el camino.
Llegar motivado a la prueba, con los temas memorizados, seguro de ti mismo en los supuestos y la programación mucha disciplina y constancia. Sin duda, un buen preparador te puede ayudar mucho en este proceso, pero el verdadero protagonista eres tú. En este sentido tienes que aprender a cumplir tu propio horario, recompensarte cuando lo hagas bien y castigarte cuando no sea así; aprender de tus propios errores, y siempre mirar hacia delante con optimismo y confianza en tus propias capacidades.
Por si te ayuda, te indicamos algunos consejos para fortalecer tus hábitos:
- Compromete a tu familia, pareja y amigos. Ellos deben conocer tus horarios y tu nueva rutina de vida. No sólo deben evitar molestarte mientras estás estudiando sino que también cumplen un papel determinante en ayudarte a lograr tus objetivos.
- Crea hábitos y rutinas de estudio. Procura, en la medida de lo posible, estudiar los mismos días, a las mismas horas, en el mismo lugar.
- Olvídate del móvil mientras estás estudiando. Es un ladrón de tiempo y energías, así que mantenlo lejos.
- Autorecompensas. ¡Recuerda la importancia del refuerzo! ¿Has conseguido estudiar todos los días de esta semana? Regálate un elogio, compártelo con tu pareja o con tus amigos…lo que sea pero prémiate.
- Anticípate a las consecuencias de tus actos. Si sabes que por las noches estás cansada dedica ese tiempo a tareas más activas como, por ejemplo, elaborar las unidades de trabajo.
3.- Comprueba tus resultados y aprende de tus errores.
Dedica cinco minutos de tu tiempo de estudio a evaluar cómo te ha ido, tus impresiones de la sesión y propuestas de mejora. Anótalas en tu diario.
Conforme cumples el horario semanal, analiza los resultados que obtienes. Establece cambios oportunos para la próxima semana y aprende de tus errores.
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